El Imam Hasan Ibn Ali Al-Askari, hijo del décimo Imam, nació el año 232 H. (845 C.) y de acuerdo a algunas fuentes shiitas fue envenenado y murió en el año 260 H. por instigación del califa abasída Mutan-ád.
El undécimo Imam obtuvo el imamato después de la muerte de su noble padre por Orden Divina y por decreto de los Imames anteriores.
Durante los siete años de su imamato y debido alas brutales restricciones a que fue sometido por el califato, vivió oculto y ejerciendo el disimulo (taqiiah). No tuvo ningún contacto social con la generalidad del pueblo shiita.
Solamente la elite de la shía podía verlo. Así y todo, pasó la mayor parte de su tiempo en prisión. En su época había una represión extrema porque la población shiita había alcanzado un nivel considerable tanto en número como en poder.
Todos sabían que la shía creía en el imamato y la identidad de los Imames también era conocida. Por lo tanto el califato mantuvo a los imames más que nunca bajo un estrecho control. Intentó destruirlos y alejarlos por todos los medios posibles y a través de planes secretos.
También el califato había llegado a saber que la elite shiita creía que el undécimo Imam tendría un hijo que iba a ser el Mahdi prometido, según las tradiciones citadas por el mismo Imam como así también por sus antecesores. La llegada del Mahdí ha sido pronosticada en hadices auténticos del Profeta (B.P.D.), citados tanto por las fuentes shiitas como sunnitas .
Por esta razón el undécimo Imam fue tenido bajo estrecha vigilancia más que cualquiera de los anteriores. El califa de la época habla decidido terminar definitivamente con el imamato en el shiismo a través de todo lo posible y cerrarle la puerta de una vez por todas.
Por lo tanto, tan pronto como el califa Mutan-tid se enteró de la enfermedad del undécimo Imam, envió un médico y unos cuantos de sus agentes de confianza y magistrados a la casa de éste para estar junto a él y observar la situación allí dentro en todo momento.
Después de la muerte del Imam investigaron la casa y todo el personal femenino fue examinado por la partera. Durante dos años los agentes secretos del califa buscaron al sucesor del Imam hasta que perdieron toda esperanza de encontrarlo .
El undécimo Imam fue enterrado en su casa en Samarrah junto a su noble padre. Se debe recordar aquí que durante sus vidas los Imames prepararon a cientos de eruditos en religión y hadiz, y es a través de ellos que nosotros recibimos la información sobre los Imames.
Con el objeto de no prolongar la cuestión, la lista de sus nombres y trabajos así corno su biografías, no han sido incluidos aquí.
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